Al echar a andar ese viejo tren,con su estruendoso pitido y su negra nube del humo del carbón,bajo la atenta mirada del tiempo comenzó el viaje,la primera parada fue...en mi alma.
Viajé recorriéndola por todos sus rincones,como si algo buscara,como si algo me faltara,seguí visitando los retablos que callados guardaba y descubrí rincones jamas pensados.
¡¡VIAJEROS AL TRENNN...¡¡ Nuevamente monté en mi vagón y comenzó a deslizar sus viejas ruedas metálicas por las vías de mi mente con destino a mi corazón.
Una vez finalizado el trayecto,nuevamente pie a tierra.Al asomar y contemplar la soledad que dentro de el se ayaba escondida cual cuatrera,deseosa de aflorar,sentí la necesidad de salir hullendo,algo me dio miedo,algo que dentro mía esta.
Finalizado el paseo,volví al tren,nuevamente comenzamos a andar,ahora,con destino a mis sueños.
Llegados al destino final y meditando sobre todo lo que sentí,vi y descubrí,me senté en un rincón a llorar y echando la vista atrás,recordé que no hay marcha atrás,que no se puede viajar a otro tiempo,hay que dejar aparcado el pasado y volver a caminar.
De todo el paseo por mi mismo,e aprendido que...ahora que todo atrás queda,solo adelante e de mirar,que me guíen las estrellas a mi destino final.
Ricardo Reina
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